Es imposible disociarlas o separarlas entre sí; y tampoco podría concebir mi práctica profesional sin sus aportes: se trata de la fotografía y los viajes.
La fotografía es una herramienta de trabajo imprescindible, pero también es una disciplina en sí misma, –y en la mirada de algunos privilegiados llega a ser un arte-. Y me puede llevar a levantarme para ver el amanecer, o a esperar inmóvil y en silencio el momento oportuno para una instantánea.
¿Y quién puede actualmente pensar en los viajes sin la fotografía? Siempre admiré a algunos viajeros que tienen el don maravilloso del dibujo, y pueden reflejar en rápidos croquis lo que ven, dejando de lado urgencias y trivialidades; seguramente no lo olvidarán jamás. Carezco de esa capacidad; pero abrazo la fotografía con más entusiasmo que destreza. Es por eso que no puedo dejar afuera estas dos pasiones; hay otras, ¡por suerte! O no tanto, ya que la vida no alcanza…
La selección es totalmente arbitraria: tal vez algunas buenas fotos, pero sobre todo miradas, reflexiones, obras de arte y edificios maravillosos, naturaleza, paisajes, curiosidades, o testimonios indispensables.
PERU
BERLIN